Irónico, que la cura sea también enfermedad, así lo hace ver el catedrático e investigador, escritor del libro "Medicamentos que matan y crimen organizado" Peter C. Gotzsche, que en sus últimas entrevistas ha hecho públicas sus denuncias frente a las compañías farmacéuticas que de forma irresponsable producen y distribuyen medicamentos que alivian dolores pero que producen enfermedades a corto y largo plazo.
Aunque el libro fue presentado hace cuatro años en las galerías de Los libros del lince, pues había sido censurado en otras revistas de talla internacional, sin embargo, hasta este año recibió el reconocimiento que debiera un libro con un contenido tan bien nutrido como este. Según la British Medical association, el libro es merecedor del reconocimiento en la categoría de "bases de la medicina"
No existe un mayor logro que la medicina a favor de los más necesitados, sin embargo, hacer que esto sea posible sería un golpe a los imperios farmacéuticos, que han hecho de la salud un bastión de ganancias exuberantes. Las denuncias hechas por Goetschel le han costado mucho: persecución, censura y expulsión incluso de organizaciones donde él era el fundador, esto confirma la corrupción detrás de los medicamentos que se consumen a nivel mundial diariamente.
Cuenta el autor, que el libro se escribió por dos razones, una para incitar a los consumidores a averiguar los efectos secundarios producidos por el consumo de medicamentos y la segunda para poner al descubierto la farmacología como negocio criminal, causante de muerte luego de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.
A la industria farmacéutica nunca le han importado las vidas humanas, continúa diciendo el escritor, al igual que las tabacaleras, niegan su responsabilidad en las enfermedades cardiovasculares, y de forma descarada se niegan a permitir que los investigadores hagan análisis a los medicamentos que producen estas industrias. Hace unos 15 años, estas investigaciones permitieron reconocer que el medicamento Vioxx era el causante de ataques cardíacos aunque la prescripción médica lo presentaba como una contra para la gastritis por lo que fue removido del mercado.
Entonces cómo es posible que las farmacéuticas sigan generando productos inseguros y disfrazándolos de medicamentos esenciales, es simple, las compañías de esta índole tienen un gran impacto en las políticas gubernamentales a nivel mundial incluso apoyan económicamente las campañas políticas con el fin de seguir en el negocio sin ningún tipo de presiones, en ocasiones dichas empresas inflan el valor de los productos escasos o la contra para enfermedades raras, llevando a la ruina a pacientes y familiares, tal es el caso de el tratamiento para la hepatitis C donde el valor puede costar hasta los 60.000 euros por paciente.
Incluso los medicamentos para prevención de enfermedades lucran las empresas, es como comprar seguros de vida, aunque pocos lo aprovechan todos deben pagar por él, entonces la salud dejó de ser un derecho y se convirtió en un negocio en todo el mundo. (Lee también: Argentina abrirá su primer hospital de médicos y curanderos Mapuches)