Investigadores españoles, australianos y de Nueva Zelanda realizaron una investigación la cual no era buscar las consecuencias del cambio climático sino identificar las áreas del planeta que se están viendo mas afectadas por el calentamiento global y que deberían ser prioritarias para la conservación. En el 2016 fue el año con mas radiación solar de la historia, lo que provocó una alta temperatura en el planeta y una enorme parte fue absorbida por los océanos, a este hecho se le suma la sobrepesca que amenazan las riquezas marinas de los polos y las regiones ecuatoriales.
Estos estudios muestran las zonas con más biodiversidad marina que están afectadas por el calentamiento global, son seis las mas vulnerables y se encuentran por todo el golfo, pero más cercanas a los trópicos y los polos como el mar del Norte, la costa de EE.UU, Canadá, la zona del Ecuador o el sureste de Australia y Nueva Zelanda. "Como investigador, el trabajo consiste en ver cómo los organismos se adaptan a los cambios derivados del calentamiento global, pero para poder realizarlo se debe hallar primero qué cambios les está afectando y donde", determina Francisco.
Los ecosistemas marinos son enormes, dinámicos y complejos, pero gracias a las imágenes satelitales y la información de mas de 2.000 especies marinas se intentó determinar cómo y dónde se distribuye estos cambios, lo cual no fue una tarea fácil, pero los resultados sorprenden ya que se vio que no todas las áreas están siendo afectadas de la misma manera, unas se están sobrecalentando y otras se enfrían, de esta manera se comprobó que el impacto climático se ha generalizado en toda la tierra, pero sus efectos varían incluso en lugares separados por unos cientos de kilómetros.
Ahora con los datos del estudio de la actividad pesquera de los últimos 60 años se vio una preocupante coincidencia donde las zonas de biodiversidad marinas más ricas del mundo son las áreas mas afectadas por la explotación pesquera. Los impactos de la pesca industrial y del clima deben tenerse muy en cuenta para la conservación, por lo que se hacen un llamado a la comunidad internacional para proteger la biodiversidad con políticas pesqueras a escala mundial.
"No se trata acabar la actividad pesquera sino poner en marcha políticas de conservación, no solo para cuidar el medio ambiente, sino también para mantener de manera sostenible la pesca y poder tener un balance cómodo para las sustentación del ser humano y de estas especies". (Lee también:El plan que tiene la ciencia para volver a congelar el Ártico)