"Los datos son aterradores, el 75 % de la madera que se comercializa y se explota en Colombia fue extraída ilegalmente"
Es triste ver como en Colombia nuestros bosques cada vez se reducen por culpa de la tala ilegal. Según Estudios, el negocio de la tala ilegal acaba lentamente a los bosques tropicales del país. Anualmente en Colombia a causa de la deforestación clandestina, se pierden cerca de 48.000 hectáreas de bosque, un poco más del área urbana de Bogotá.
Son los bosques más aislados del Amazonas y el Pacífico, donde en muchos sectores solo se encuentran grupos armados ilegales, los sitios predilectos para quienes están detrás de este negocio ilegal, toda una mafia con vínculos en otros países de América, Europa y Asia.
En estos sectores del Pacífico y el Amazonas, estadísticas de la Policía señalan que entre el 2012 y el 2014 se ejecutaron decomisos de madera transportada ilegalmente, donde se encontraba alrededor de 273.000 metros cúbicos.
Las especies de madera que persiguen los traficantes son maderas preciosas, como la palma colombiana, el algarrobo, el linde y los cedros negros, que son especies en vía de extinción. Inclusive, solo unas cuantas pulgadas de algunas de estas especies valdrían lo mismo que un gramo de oro, que está cerca de los $100.000.
Por otro lado, estudios del Banco Mundial del 2006 indican que, en Colombia, el 42% de la madera que se transporta, explota y comercializa en el país es ilegal. No obstante, el especialista forestal del Fondo Mundial para la Naturaleza en Colombia Miguel Pacheco, se atreve a indicar que el porcentaje en la actualidad se queda corto, debido a que según investigaciones realizadas por la propia entidad muestra que la cantidad se aproxima al 75%.
La elevada tasa que expone Pacheco surge del llamado "Blanqueo" como se designa a la forma que hacen los traficantes ilegales para pasar como legal la madera extraída sin el debido permiso.
Pacheco afirma que, sin justificar a quienes comenten este delito, un punto del problema del tráfico ilegal es el plan de manejo forestal que se requiere por parte de las corporaciones autónomas, debido a que este puede demorarse hasta 2 años.
"Como el pequeño productor necesita liquidez, no tiene más opción que ser ilegal, es decir, falsificar salvoconductos y transportarla de forma irregular" dice Miguel Pacheco.
El documento autoriza la movilización de la madera, pero la parte ilegal viene cuando ese permiso es utilizado para mover mercancía que no proviene del sector que está en regla, si no de otros que de los que no se tiene aprobación de las corporaciones autónomas.
Pero ahí no termina el problema del "Blanqueo", pues no solo se movilizan maderas de otras zonas diferentes a las del permiso, sino que se transportan otras especies y en mayor cantidad que la registrada. Esto revela, señala el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por su siglas en inglés) que el sistema actual es débil y vulnerable.
A parte, no en todos los retenes de la Policía en las vías colombianas hay expertos ambientales, y los agentes desconocen las dimensiones de la madera transportada, hecho que facilita el accionar delictivo.
Después de que el producto llega a los lugares de transformación no hay manera de cómo demostrar que la madera proviene de otra reserva a la que señala el salvoconducto. Ahí se pierde la batalla. (Lee también: Colombia permitió que se extinguiera un ave única en el mundo)